Arribando a la iglesia me inclino y empieza mi confesión.
Padre, he pecado!!! Al amar a una mujer hermosa;
he pecado al querer a una mujer maravillosa
pero de esto jamás me arrepiento,
por solo haber cumplido dos de los diez mandamientos.
He querido robar su corazón con poesía
jurando a Dios que siempre serás mía;
trabajo todos los días de mi vida por conquistar su corazón,
sin descanso espero en el cuadrilátero los round de esta pasión.
Honro a mis padres porque son lo que más respeto;
Padre!!! Tenga en cuenta usted que este poema es muy honesto,
mujer se que estas enamorada de él;
cometeré adulterio porque tu a él no le serás fiel.
Padre!!! Tranquilo no he matado;
pero este sentimiento no se quedara de brazos cruzados,
Padre!!! Te juro por Dios que yo no busco tu perdón,
las puertas del cielo me han cerrado por esta confesión.
Ahora ya me siento en paz conmigo mismo.
